lunes, 22 de septiembre de 2008

Lo más importante

Cuando estoy sumergido en la rutina cotidiana, día tras día, semana tras semana, la cabeza se me acaba llenando de pájaros. Gasto demasiadas fuerzas, demasiada energía mental en tonterías. Que si mi equipo de fútbol no va bien, vaya drama. Que si en el curro me aburro y no sé hacia donde seguir, menuda tragedia. Que si en el fin de semana hago lo de siempre, mal, que si hago cosas nuevas peor porque echo de menos lo otro. Que si hablo poco, me veo ensimismado y aburrido, que si hablo mucho, me veo bocazas y aburrido.

Entonces pasa algo. Algo real y con consecuencias. Algo que habiendo podido ser tan devastador y no siéndolo, me abre los ojos, los pájaros desaparecidos. El hecho de haber podido perder a alguien tan importante, pero al final no, da a las cosas su justa medida. De puro alivio quiero celebrar la vida, darle de bofetadas al tipo agobiado por nada que solía ver en el espejo. A ver si así aprende de una vez a apreciar todo lo bueno que tiene delante de la napia y que parece ser incapaz de apreciar.

Lo que le obsesiona a ese tipo no es más que mierda; lo mejor es meterla en barriles y olvidarse de ella. La vida es lo importante, los amigos son lo importante, la familia (y las pastillacas) son lo que cuenta. Eso es de lo que me debería preocupar; cuidarlo como el tesoro que es debería llenar mi tiempo. La idea es disfrutar de todo lo bueno y reir como medicina, una vez visto que lo malo no lo es tanto.

Joroge te mando fuerzas desde aquí, ponte bien pronto.